Este escrito ha sido elaborado por un grupo de bloggers, dolidos a causa del maltrato que existe hacia los aficionados al fútbol desde ciertos medios. El objetivo es mostrar la unidad de la afición contra la dejadez periodística, y esperamos que el resto de aficionados al fútbol lo secunden, lo apoyen y lo difundan en la medida de lo posible. Muchas gracias y ánimo.
Después de años de retransmisiones televisivas, parece que más que evolucionar hacia un formato mejor para el espectador y cliente, involuciona de manera que el perjudicado no es sólo este último, sino el fútbol en sí mismo. Hablo de las calamitosas retransmisiones que en los últimos años nos han ofrecido emisoras nacionales como Telecinco o La Sexta, pasando por Antena 3, TVE y todas las autonómicas. No es la intención de este escrito el desmerecer como profesionales a los que se han encargado de ello, pero sí el recordarles a quién se deben y a qué propósito sirven, que no es otro que el de hacer más amenas, divertidas y didácticas las retransmisiones tanto de fútbol como de otros deportes.
La gota que colmó el vaso, la puntilla, la puso la lamentable retransmisión que Telecinco hizo del partido que enfrentó al Liverpool FC contra el Atlético de Madrid. Lamentable, por muchos motivos, pero en especial por el maltrato hacia el espectador, no sólo hacia el aficionado del Atleti, que supone el hecho de la inexistente cobertura brindada al encuentro, tanto en el pre-partido -¿alguien vio el “You’ll Never Walk Alone?”- como en el post-partido. Durante los minutos en los que transcurrió el choque, tanto JJ Santos como Guillermo Amor regaron a la audiencia con mentiras, como la supuesta mudanza que el Liverpool llevará a cabo la próxima temporada, una mudanza de estadio que sólo existe en la imaginación del narrador o en Wikipedia. Otra falta de respeto y de rigor cometida por JJ Santos consistió en hablar sobre un jugador del Liverpool, Babel en concreto, situándolo en una posición en la que ha jugado sólo un puñado de veces en su carrera deportiva. Estos ejemplos sirven para ilustrar acerca de la incompetencia que rodea a las retransmisiones futbolísticas, y serían anecdóticos si no se repitieran de forma sistemática, haciendo hervir la sangre del aficionado al fútbol, que ve y oye cómo intentan tomarle el pelo delante de sus narices.
Hoy en día, el mundo de la comunicación evoluciona hacia una mayor intercomunicación e interactividad en los diferentes medios. Se acabaron los tiempos de quejas por correo, basta con que un profesional cometa un error gramatical para que ya se comente en las distintas redes sociales. No hay que tomar estos avances en la tecnología como enemigos, sino como un medio para mejorar y acabar con numerosos errores frecuentes en los medios de comunicación, especialmente en aquellos que se dedican al deporte, que es lo que tratamos aquí.
Si hace 4 ó 5 años, un narrador de fútbol daba un dato erróneo, pronunciaba mal un nombre o decía vulgaridades del tipo 'échale huevos, Atleti, échale huevos' (JJ Santos dixit) no pasaba nada. Una decena de telespectadores mandarían un mail y dejarían su queja a la televisión en cuestión. ¿Trascendencia de la queja y de los despropósitos del profesional en cuestión? Cero.
Hoy día, centenares, millares de aficionados se hacen eco de los atentados hacia a la profesión, hacia el periodismo. No entramos a valorar si fulanito nos gusta más o si menganito nos cae mejor, tampoco se trata de críticas “por sistema”. Si se hacen constantemente comentarios –nada positivos- sobre las narraciones de los JJ Santos, Sergio Sauca, Antonio Esteva y cía no es porque sean “por sistema”, sino porque, lamentablemente, abundan y mucho. Nos hemos familiarizado con despropósitos tales como forofos delante de un micrófono, informaciones erróneas (como puede ser decir que el Liverpool inaugurará estadio el año próximo) o ciertas cosas que denotan una falta de interés absolutamente. ¿Cómo puede ser que JJ Santos se siga refiriendo al Fulham con esa pronunciación? Se puede entender que alguien se equivoca, pero no que no rectifique y siga cayendo en el mismo error una y otra vez.
Mención especial al comportamiento del ente público con la Premier League, que nuestro dinero nos ha costado (porque el presupuesto de RTVE sale de nuestros bolsillos), quizás demasiado para el trato que está recibiendo.
¿Que nos hayamos familiarizado con estas dantescas situaciones debe hacer que sigamos impasibles ante ellas? ¿Podemos hacer algo, los telespectadores, para evitar que esto continúe así? Lo dudamos.
Como se ha dicho, no se duda de la profesionalidad, sino de la ética de algunos comunicadores que se ponen delante de un micrófono con el objetivo de transmitir una información que no poseen, de venderse como conocedores de algo que no conocen. Quizás lo hagan sin maldad, pero desde luego esta práctica no es más que un engaño y una falta de respeto hacia la audiencia, que, desde luego, no es tonta.
Basta con palpar un poco por el mundo del periodismo deportivo “indie” para darse cuenta de que hay mucho joven cualificado con ganas de desarrollar esta profesión, con rigor (palabra fundamental en el periodismo) y profesionalidad impecable. De esta manera, los aficionados al fútbol, como oyentes, espectadores, y si quieren clientes, pedimos por favor que el nivel de interés sea equitativo por parte del aficionado y la emisora hacia las retransmisiones.
Si la información deportiva (principalmente en las televisiones generalistas) deja mucho que desear, el periodismo en general tampoco se salva. Cada vez más gente se manifiesta en contra de todo esto. La Libreta de Van Gaal es un referente y pionera en este asunto. Grupos de Facebook como “Por el despido de Eduardo Inda de Marca y su expulsión del periodismo” (más 21.000 seguidores en apenas 2 meses de vida) reportan una gran difusión a este “movimiento”.
Todos tenemos algo en común: queremos que cambie, para bien, el periodismo en general y las retransmisiones deportivas en particular.
P.D: Ya hace tiempo escribí esto en el blog, por si alguien quiere volver a verlo: ¿Queremos fútbol?
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